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cubierta sartaguda

La finca de producción en ecológico de INTIA experimentará este año el efecto de las cubiertas en nuevos cultivos

Los nuevos ensayos analizarán distintos aspectos del impacto de las cubiertas vegetales en las parcelas y para ello, el efecto de esta técnica será comparado con el del método tradicional de acolchado plástico, o de siembra tradicional en el caso del maíz.

7 de febrero de 2023.- La finca experimental de INTIA en Sartaguda, especializada en producción ecológica, desarrollará este año diversos ensayos sobre el efecto del manejo de cubiertas vegetales en nuevos cultivos ecológicos. Esta técnica que ya fue utilizada en la pasada campaña con resultados satisfactorios, volverá a testarse en calabaza, calabacín, sandía, melón y también en siembra directa de maíz. 

El ensayo planteado en esta finca consiste valorar el impacto que pueden suponer las cubiertas vegetales en las distintas parcelas y compararlo con el método tradicional de acolchado plástico, o de siembra tradicional en el caso del maíz. Este ensayo comparativo entre ambas técnicas englobará todos los aspectos posibles como los agronómicos, los económicos de manejo o medioambientales. 

Para ello, el pasado mes de noviembre comenzaron a sembrarse distintos tipos de cubiertas:

-Veza mezclada con avena (la más común y de la que más superficie tenemos)
-Avena con Habas
-Mostaza (Brassica Carinata)
-Guisante
-Veza
-Habas

En principio, para la experimentación de este año se va a utilizar la cubierta de veza / avena. Tras la siembra en la primera semana de noviembre pasado, se espera poder mantener el cultivo en su fase de crecimiento hasta mediados de mayo aproximadamente. A partir de esa fecha, se inicia la siguiente fase que consiste en ‘planchar’ la cubierta con un rodillo de paletas de forma que el cultivo queda pegado al suelo, sin capacidad de rebrotar (de ahí, la elección de las paletas del rodillo que dañan el tallo sin cortarlo). Ese pegado al suelo crea un acolchado vegetal, que no se descompone y cubre el suelo durante buena parte del cultivo.

A partir de ahí, comienza la fase del cultivo. El cultivo cubre totalmente el suelo y forma una cama de vegetación, lo que hace que quede totalmente protegido, ofrece una mayor estabilidad en la temperatura, menor emergencia de adventicias y más estabilidad en los ciclos del agua, por citar algunos de sus beneficios

En unos pocos días, el cultivo cubierto se seca, pero sigue acolchando el suelo. Sobre este lecho seco de vegetación se coloca el riego en el caso de que el cultivo posterior sea hortícola, se riega y se hace la plantación. De esta forma, el cultivo se desarrolla y va creciendo, a la vez que la cubierta protege el suelo e impide la salida de plantas adventicias, para desarrollarse ofreciendo su producción normal. 

El pasado año, la finca experimental de Sartaguda de la sociedad pública INTIA realizó distintos ensayos de cubiertas vegetales con resultados óptimos en melón, sandía y calabaza, y una pequeña prueba en tomate

Este tipo de ensayos identifica, analiza y contrasta el impacto positivo de una cubierta vegetal asociada a un determinado tipo de cultivos. Hay que tener en cuenta que esto implica un cultivo de las cubiertas antes del cultivo comercial y no un laboreo de la parcela. 

Con este tipo de proyectos de experimentación se pretende como objetivo general contribuir al conocimiento de los procesos empleados en producción ecológica, cuantificar y comparar la respuesta de estas técnicas en las parcelas y valorar la influencia de las cubiertas vegetales sobre cultivos que habitualmente se emplean en el sector agrícola de zonas agroclimáticas como las de Navarra. 

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