La fitoterapia veterinaria, como apoyo a las soluciones terapeúticas en un entorno cambiante

Carlos Palacios, veterinario y profesor de Ciencias Agrarias y Ambientales de la Universidad de Salamanca, ofreció la semana pasada una charla en INTIA en la que abordó diversas formas de tratar determinadas dolencias de los animales basadas en el empleo de diversas plantas y aceites esenciales.

La fitoterapia se define como la utilización de los productos de origen vegetal con una finalidad terapéutica, es decir, para prevenir, aliviar o curar un estado patológico, o con el objetivo de mantener la salud. La aromaterapia puede considerarse como una disciplina cercana a ésta pero referida al empleo específico de aceites esenciales derivados de los vegetales. El veterinario Carlos Palacios lleva años estudiando y analizando el efecto que determinadas plantas tienen sobre la salud de los animales y la semana pasada el personal técnico de INTIA pudo conocer de primera mano los resultados de algunas de sus investigaciones en una charla que ofreció en la sede central que la sociedad pública tiene en Villava.

Palacios comenzó explicando que la utilización de las plantas como herramientas curativas se remonta por lo menos a 40.000 años antes de Cristo. Se sabe por ejemplo que los aborígenes australianos utilizaban extractos de plantas para evitar hongos; que en China se ha utilizado siempre la extracción en alambique como método de utilización de aromas desde hace miles de años; y que los antiguos egipcios utilizaban mezclas de extractos de plantas en los embalsamamientos. También los animales se curaban mediante la búsqueda de determinadas plantas medicinales, sin embargo, los actuales sistemas productivos impiden que los animales puedan “automedicarse” con el empleo de plantas consumidas voluntariamente.

A su vez, el ponente indicó que el contexto de producción de alimentos de origen animal, ecológicos y convencionales, se ve abocado a la reducción severa del empleo de ciertos medicamentos, entre ellos los antibióticos.

Carlos Palacios expuso además los beneficios de los extractos de plantas usados comúnmente en los rumiantes como pueden ser la yucca schidigera, que reduce los niveles de amoniaco e incrementa la síntesis microbiana; los taninos, que protegen a las proteínas de la degradación ruminal; la lavanda, que actúa como analgésico y cicatrizante, entre otros muchos efectos; o la menta, que tiene un importante poder antiinflamatorio.

Terapias de este tipo no van a solucionar un problema cuando este adquiere carácter de grave, pero pueden ser el primer frente preventivo o de lucha inicial contra ciertos problemas sanitarios del ganado. Cuando los medicamentos convencionales o alopáticos son prescritos por un veterinario, como medida imprescindible para salvar la vida del animal o solucionar un problema grave, la producción ecológica no prohíbe su uso sino que limita severamente su frecuencia de uso y duplica su periodo de espera. Pero también preconiza, entre otras, el empleo de la fitoterapia como medida terapeútica.

Por último, se centró en los resultados de tres experiencias que ha llevado a cabo y de las que tiene las pertinentes pruebas documentadas: el control de un brote de sarna en un rebaño de ovejas ecológicas; la utilización del ajo como repelente de insectos; y el uso de aromas para mejorar el sistema fermentativo del rumen (la primera de las cuatro cavidades que forman el estómago de los rumiantes).

En el caso del rebaño con sarna, se logró la curación gracias a la Citronella. De cuatro lotes que se estudiaron el que mejor resultado dio fue el que se trató con la aplicación vía tópica de una disolución de Aceite esencial de Citronella de Java y Jabón Potásico. Un tratamiento que demostró su idoneidad por ser efectivo, no farmacéutico y barato.

Martes, 26 de febrero de 2019